El respeto por la Caza en Centroeuropa

Hemos visto en muchos reportajes de caza en el centro de Europa un rito o ceremonia de respeto hacia el animal cazado. A continuación, mostramos en qué consiste dicho rito.

Cuando el animal es cobrado, el cazador se acerca al animal y se quita el sombrero. Busca entre las especies vegetales de las inmediaciones, la más noble, corta una ramita y la coloca en la boca del animal, como señal de respeto. Se llama “el último bocado“.

El guía que asiste al rececho o el acompañante durante la batida también coge una rama, se quita el sombrero y se la da al cazador para que la ponga en su sombrero previamente mojada en la sangre del animal pronunciando unas palabras en alemán: “Weidmannsheil”, que podríamos traducir como “honor hombre de los bosques, vivan los cazadores”. El cazador responde entonces “Weidmannsdank” (gracias de cazador), y la coloca en el lado derecho de la banda de su sombrero. Luego, el cazador se sienta cera del animal durante un breve período de tiempo en silencio como acto final de respeto, denominado “Totenwache” (guardia de honor).

Al finalizar la jornada de caza la totalidad de las piezas cazadas se colocan sobre el lado derecho, en filas ordenadas según su categoría. Los primeros animales son los ciervos, luego los jabalíes, zorros, las liebres, los conejos y las aves. El rango dentro de cada especie está basado en su tamaño. Este acto solemne y pintoresco está regido por un estricto protocolo que se repite en cada cacería desde tiempos inmemoriales.

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El cazador principal abre la ceremonia y se tocan varias llamadas por una banda de cuernos de caza. Se pronuncian breves alusiones por los principales organizadores o invitados. Se ofrece un brindis y se quitan los sombreros como el último acto de deferencia a los trofeos cobrados. Un concierto final de cuernos de caza interpreta el equivalente al toque de silencio.

En cualquier tipo de cacería, como finalización del acontecimiento, es virtualmente obligatoria una comida festival. Se pronuncian discursos, brindis y aquí hacen su entrada las canciones de cacería, las cuales están muy arraigadas a la cultura cinegética europea. Se elige al “jadgkoening” (rey de la caza), al cazador con mayor o mejor caza del día.

Frecuentemente el banquete se ve seguido del tribunal de cazadores, un simulado juicio a los cazadores que hayan violado costumbres de caza durante el día, que son citados a comparecer ante la justicia.

Un ejemplo que deberíamos seguir en España y empezar a erradicar esas ceremonias de bautismo con sangre, tripas, cabezas y orejas que, en parte, desvirtúan la actividad venatoria. Es sólo una opinión.

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