El control de daños y riesgos funciona como una herramienta de gestión del medio y de las especies cinegéticas y silvestres para la protección de los cultivos y las explotaciones ganaderas, con la finalidad evitar el riesgo de propagación de enfermedades animales, así como prevenir daños que pueden ocasionarse en las producciones de carácter agropecuario.